Las siete luminarias en forma de estrella aparecieron en la extensión plana del Desierto de Nevada Black Rock durante este año en el Festival Burning Man. Fueron diseñadas por Erich Remash junto con Jeremy Berglund, Don Peterson y Chad Ingle. Inspiradas en la teoría de que las pirámides de Egipto fueron dispuestas en la forma de la constelación de Orión, los diseñadores colocaron las luces de la misma formación. Su objetivo era crear un sentido de pertenencia y un resultado de “cielo en la tierra” a partir de los efectos de la iluminación.
Más información, después del Salto.
Este proyecto, realizado bajo el concepto "do-it-yourself" fue diseñado por pocos, pero construido y financiado por muchos. Las estrellas están diseñadas de tal manera que buscan la buena iluminación en el buen día y la buena noche, apelando a grandes distancias con e fin de atraer a los curiosos.
La repetición, la escala y la tensión se utilizaron para combatir la enorme magnitud del desierto, y obtener el máximo partido de un presupuesto al rededor de $5.000. "Burning Man llevó a cabo una lotería para la venta de entradas de este año y fue un desastre.
"Muchos participantes actuaban como si fuera el fin del mundo o como si -el cielo se estuviera cayendo-" explicó Ramesh. "Si el cielo se está cayendo ¿por qué no crear el cielo en la tierra, yo pensaba?"
Cada estrella está elaborada de contrachapado y contiene 22 luces fluorescentes compactas, y cada una de estas, se le dio un patrón de iluminación única para diferenciar una estrella de la otra. Las siete estrellas se instalaron en Burning Man, pero también han viajado a otros festivales en grupos más pequeños.